El Señor dio el mismo Espíritu Santo a los Apóstoles, a nuestros santos Padres y a los pastores de la Iglesia. De esto se trata nuestro servicio al mundo. Por tanto, ni los pastores de la Iglesia ni los monjes deben ocuparse de los asuntos de este mundo, sino que deben seguir el ejemplo de la Madre de Dios que, en el Templo, en el Lugar Santísimo, estudió la ley del Señor día y noche y permaneció en oración por el pueblo" (cf. cap. des Moines, p. 370).
Oraciones por la buena salud
La oración por el mundo entero, por el Adán total, en muchos casos desvía al monje de un servicio determinado de los hombres. Uno podría preguntarse: ¿no es tal abstención de un servicio en particular el rechazo de una ayuda concreta en nombre de la abstracción? Ciertamente no, porque el Adán total no es una abstracción, sino la plenitud más concreta del ser humano.La unidad ontológica de la humanidad total es tal que cada persona que supera el mal en sí misma inflige una derrota tan grande sobre el mal cósmico que las consecuencias de esta victoria se reflejan de manera beneficiosa en los destinos del mundo entero.
Por otra parte, la naturaleza del mal cósmico es tal que, derrotado en ciertos hipóstasis humanos (personas), sufre una derrota cuyo alcance y magnitud son absolutamente desproporcionados al número de estas personas. Un solo santo es un hecho extremadamente precioso para toda la humanidad. Por el mero hecho de su existencia, aunque sea desconocida para el mundo pero conocida por Dios, los santos traen a la tierra, a toda la humanidad, una gran bendición de Dios. Le Starets escribe en
Oraciones por mejorar la salud
"Creo que gracias a estos hombres el Señor guarda el mundo, porque son preciosos a los ojos de Dios; Dios escucha siempre a sus humildes siervos y todos vivimos en paz gracias a sus oraciones" (cf. cap. XIX, p. 436)."El mundo sobrevive a través de la oración, pero cuando la oración se debilita, entonces el mundo perecerá.".... "Tal vez dirás que ya no hay monjes que oren por todo el mundo; pero te diré que cuando no haya más hombres de oración así en la tierra, entonces será el fin del mundo, grandes calamidades caerán sobre él; y ya hay algunos ahora" (cap. XIV, p. 371).
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